Teresa Burga, Artist

Autorretrato. Estructura. Informe, 9.6.1972 (Self-portrait. Structure. Report, 9.6.1972) , 1972

In the 1960s Teresa Burga was part of a Peruvian avant-garde art scene that revolved around environments, happenings, and a pop art aesthetic. She spent two years studying in the United States, earning an MFA at the School of the Art Institute of Chicago in 1970, and then returned to a Peru that was under military rule and less hospitable to experimental practices. Burga nevertheless managed to have two solo exhibitions that formulated a bold interpretation not only of the artist's immediate reality but also of her very self. Autorretrato, one of her most insightful and complex works, presents a document of her body through drawings, photographs, medical records, and sound and visual recordings (such as the sound of her heartbeat) captured over the course of a single day, June 9, 1972. The installation is divided into three sections—"Informe Rostro" (Face report), "Informe Corazón" (Heart report), and "Informe Sangre" (Blood report)—that demonstrate the ways in which subjects are standardized to be converted into graphic and numerical information. "This work is a testimony to my experience, to how I experience the world today," explained Burga at the time, indicating her desire to free herself of aesthetic restrictions while also suggesting how changes in the relationships between human beings, information, and technology were altering strategies for social control.

Durante los años sesenta Teresa Burga participó en una escena de vanguardia en el Perú que giraba en torno a las ambientaciones, happenings y la estética Pop. Luego de estar dos años estudiando en los Estados Unidos, donde obtuvo una maestría (MFA) en el Art Institute of Chicago en 1970, regresa al país donde, sorteando las dificultades para encontrar espacios artísticos que diesen cabida a sus obras experimentales durante el régimen militar, la artista logra sacar adelante dos exposiciones individuales, las cuales proponían una interpretación arriesgada de sí misma y de su realidad inmediata.  Autorretrato, es una de sus piezas más agudas y complejas. En ella Burga exhibe una medición de su propio cuerpo a partir de dibujos, fotografías, registros médicos, sonoros y visuales—que reproducían los latidos de su corazón—recogidos en un mismo día: el 9 de junio de 1972. La instalación se divide en tres áreas ('Informe Rostro', 'Informe Corazón' e 'Informe Sangre'), las cuales muestran las formas de estandarización de los sujetos a través de su conversión a gráficos y datos numéricos. "Esta obra es un testimonio de mi vivencia, de cómo siento el mundo de hoy" dirá Burga en aquel momento, señalando, por un lado, su deseo de liberarse de las restricciones estéticas impuestas, pero, por otro, aludiendo a cómo los cambios en la relación entre los seres humanos, la información y la tecnología iban modificando las estrategias de control social.