Anónimo 4 (Cuestiono que venir al mundo donde no hay beneficios ni tranquilidad para el recién nacido en una sociedad donde cada año, mueren 11 mil niños por hambre en América latina) (Anonymous 4 [I question coming into a world where there are no benefits or peace for newborns in a society where eleven thousand children starve to death in Latin America every year]), by Maria Evelia Marmolejo, 1984

María Evelia Marmolejo, Artist
Anónimo 4 (Cuestiono que venir al mundo donde no hay beneficios ni tranquilidad para el recién nacido en una sociedad donde cada año, mueren 11 mil niños por hambre en América latina) (Anonymous 4 [I question coming into a world where there are no benef… , 1984

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Video performance. Videography: Antonio Dorado
Dimensions
4:00 min.
Credit Line
Courtesy of María E. Marmolejo and Prometeo Gallery di Ida Pisani, Milan

One of María Evelia Marmolejo's primary concerns is socioeconomic conditions in Colombia and in Latin America as a whole. Marmolejo produced Anónimo 4, a private performance on the banks of the Río Cauca in Valle del Cauca, Colombia, where she dug a triangular hole measuring 1.5 meters across, her own height, and filled it with human placentas from births that had taken place that day, which she had collected from public hospitals in Cali. Three adjacent smaller triangles were filled with sewage water. The artist tied placentas to her body with plastic strips and stood on the larger triangle while reflecting on "the fear of coming into the world in a society in which survival is not guaranteed," especially for those born into poverty. The artist has recalled that the pungent smell of the sewage and decaying placentas was overwhelming and that this, combined with her reflections, produced strong reactions of vomiting and crying. 

Una de las preocupaciones centrales de María Evelia Marmolejo gira en torno a las condiciones socioeconómicas en Colombia y Latinoamérica. En 1982 la artista realizó Anónimo 4, una performance privada a orillas del Río Cauca, Valle del Cauca en Colombia, donde escarbó una fosa triangular de 1.50 metros, la altura de la artista, y la llenó de capas de placentas humanas de partos ocurridos ese mismo día en Cali que la artista recogió de hospitales públicos. Tres triángulos más pequeños contiguos fueron llenados con agua de drenaje. La artista amarró placentas a su cuerpo con tiras de plástico y se paró sobre las placentas dentro del triángulo grande, donde reflexionó y vivió "un miedo sobre venir a este mundo en una sociedad donde la supervivencia no es garantizada" especialmente para los que nacen en situaciones de pobreza. Según la artista el olor fétido de las placentas en vías de descomposición era muy fuerte y que esto combinado con sus meditaciones le provocó vómitos y lágrimas.